Introducción
Los modelos de capital regulatorio son modelos financieros utilizados por instituciones registradas con un regulador financiero como un banco central. El modelo tiene en cuenta diferentes tipos de activos y pasivos para determinar el monto de capital regulatorio que debe mantenerse para proteger a los depositantes e inversores. El modelo finalmente ayuda a garantizar que la institución financiera pueda pagar sus obligaciones de deuda.
Tipos de modelos de capital regulatorio
- Basilea I
- Basilea II
- Basilea III
- Corep
- Finos
Basilea I
En 1989, el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea (BCBS), también conocido como Comité Basilea, inició un proyecto para mejorar los requisitos mínimos de capital para los bancos. Este proyecto eventualmente se conocería como el marco de Basilea I.
Overview de requisitos de Basilea I
El marco de Basilea I propuso la relación de adecuación de capital del 8% para garantizar que los bancos tuvieran suficiente capital para cubrir sus riesgos. Esta relación se calculó utilizando un enfoque de activos ponderados por riesgo (RWA), que tuvo en cuenta el nivel de riesgo asociado con cada uno de los activos en poder de los bancos. Para lograr el nivel deseado del 8% de adecuación de capital, los bancos debían mantener un nivel de capital igual al 8% de su RWA. Además, el marco de Basilea I obligó a los requisitos de capital para tres tipos diferentes de activos: crédito, mercado y riesgo operativo.
El marco de Basilea I también introdujo el concepto de riesgo de liquidez, que se basó en el concepto de que los bancos deben tener suficientes activos de alta calidad para cubrir sus pasivos en caso de interrupción del mercado. Esto se logró mediante la introducción de la relación de cobertura de liquidez (LCR), que requería que los bancos mantuvieran suficientes activos líquidos para cubrir sus pasivos durante un cierto período de tiempo.
Impacto Basilea que tuve en la banca
El marco de Basilea I tuvo un gran impacto en la banca, ya que estableció el estándar para los requisitos de capital internacional para los bancos. Aumentó las medidas de transparencia y gestión de riesgos en la banca, así como los requisitos de capital mejorados para proteger mejor contra los riesgos del mercado y de liquidez. Además, el marco permitió el desarrollo de un marco de capital armonizado para los bancos en diferentes jurisdicciones, lo que permitió a los reguladores evaluar mejor los riesgos planteados por los bancos internacionales.
Además, el marco de Basilea I permitió a los bancos reservar requisitos de capital específicos para sus actividades e inversiones más riesgosas. Esto les dio a los bancos un incentivo para reducir su riesgo y devolver una ganancia más consistente a los accionistas. Como resultado, los bancos se han vuelto cada vez más reacios al riesgo, lo que ha resultado en una menor volatilidad del mercado y una mayor confianza de los inversores. En general, el marco de Basilea I ha tenido un impacto significativo y duradero en los mercados financieros bancarios y globales, estableciendo el estándar para los requisitos de capital y proporcionando una estabilidad muy necesaria al sistema financiero global.
Basilea II
Basilea II es un conjunto de regulaciones financieras que fueron implementadas por el Banco para los Acuerdos Internacionales (BIS) en 2004. Este conjunto de regulaciones se estableció para mejorar la gestión de la regulación prudencial y la supervisión de los bancos y otras instituciones financieras. El enfoque principal de Basilea II es fortalecer el sistema bancario internacional mediante la introducción de un marco armonizado para evaluar la adecuación de capital en diferentes países.
Enfoque y propósito de Basilea II
El enfoque específico de Basilea II es establecer estándares para la adecuación de capital, liquidez del mercado y riesgo operativo. Proporciona un marco para la evaluación de los requisitos de adecuación de capital, especificando los niveles de capital que deben mantener las instituciones financieras. Además, ofrece orientación sobre la gestión del riesgo operativo, del mercado y de crédito al introducir algunas nuevas reglas y revisiones a las existentes.
Overview de riesgo de crédito y componentes de riesgo operativo de Basilea II
Basilea II está compuesta por dos componentes principales, riesgo de crédito y riesgo operativo. El componente de riesgo crediticio se centra en la calidad de la cartera de crédito de un banco determinado, así como en sus procesos de gestión de riesgos. Ayuda a garantizar que los bancos estén capitalizados adecuadamente para cubrir las pérdidas que pueden ocurrir debido al incumplimiento del prestatario. El riesgo operativo se refiere al riesgo asociado con los procesos y sistemas operativos de una institución financiera. Se divide en tres capas, con la primera capa centrada en garantizar que existan procedimientos operativos, mientras que la segunda y tercera capas se centran en el monitoreo y la prevención de pérdidas operativas.
Las regulaciones de Basilea II también proporcionan un marco para el cálculo de la relación de adecuación de capital (CAR) de un banco. Esta relación se calcula dividiendo el capital central del banco por sus activos generales ponderados por el riesgo. Si el automóvil de un banco está por debajo de cierto nivel predeterminado, se requerirá que el banco recaude capital adicional para cumplir con los requisitos.
Basilea III
Basilea III, un conjunto de medidas acordadas internacionalmente desarrolladas por el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea (BCBS), fue diseñado para fortalecer la regulación, la supervisión y la gestión de riesgos de los bancos. Los objetivos de las reglas son promover la estabilidad del sistema financiero y reducir el potencial de contagio y riesgo sistémico. Basilea III incluye dos conjuntos principales de regulaciones: la relación de apalancamiento y los estándares de liquidez, y el amortiguador de conservación de capital.
Introducción de la relación de apalancamiento y estándares de liquidez
La relación de apalancamiento y los estándares de liquidez introducidos por Basilea III tienen como objetivo reducir el potencial de que los bancos aprovechen los niveles prudentes y creen riesgos futuros. La relación de apalancamiento se establece para garantizar que los bancos tengan capital suficiente para amortiguarlos contra pérdidas inesperadas y limitar su dependencia del financiamiento a corto plazo. Los estándares de liquidez, que incluyen la relación de cobertura de liquidez (LCR) y el índice de financiación estable neto (NSFR), tienen la intención de promover la resistencia de las posiciones de liquidez de los bancos.
Señalización sintética, amortiguación de conservación de capital y requisitos de capital contíclico
Basilea III también introdujo disposiciones relacionadas con la titulización sintética, el amortiguador de conservación de capital y los requisitos de capital contíclico. Para reducir los riesgos financieros de la titulización sintética, Basilea III limita la cantidad de exposición que los bancos pueden tener a tales titulizaciones y estipula que una parte del capital debe mantenerse en contra de dichos riesgos. Aumentar el monto de capital mantenido contra la cartera de préstamos de un banco ha sido un enfoque clave de Basilea III, y el amortiguador de conservación de capital está destinado a reducir el riesgo de sobredevención excesiva. Finalmente, los requisitos de capital anticíclico estipulan que los bancos deben tener capital adicional durante períodos de mayor riesgo. Esto asegura que los bancos tengan un cojín de capital para absorber las pérdidas.
5. Medición de capital de crédito
El capital ponderado por el riesgo de crédito es un elemento clave de las prácticas bancarias sólidas, siendo uno de los componentes más importantes de la regulación bancaria y la política de supervisión. El capital de crédito ponderado por el riesgo mide los costos potenciales para una institución financiera en caso de que sus clientes incumplen sus obligaciones de préstamo o deuda. En la banca, el capital ponderado por el riesgo de crédito es un componente importante de cómo se determinan la salud y la estabilidad financiera de un banco. Los bancos deben mantener los niveles apropiados de capital bajo los requisitos de capital establecidos por los reguladores bancarios. Para cumplir con estos requisitos de capital, los bancos deben calcular los activos ponderados por el riesgo de crédito para medir el riesgo asociado con los préstamos y otras actividades bancarias. Esto se ha convertido en una preocupación importante ya que las pérdidas crediticias bancarias se han convertido en una fuente cada vez más importante de riesgo para la estabilidad financiera.
A. Definición del capital ponderado por el riesgo de crédito
El capital ponderado por el riesgo de crédito es una medida del monto de capital que una institución financiera debe mantener para cubrir las pérdidas potenciales de sus clientes debido a los incumplimientos de préstamos o obligaciones de deuda. El capital ponderado por el riesgo crediticio se basa en el aumento del riesgo de los activos, que son la probabilidad de incumplimiento de los clientes en función de la solvencia. El cálculo del capital ponderado por el riesgo de crédito requiere que los bancos calculen el capital que necesitan para mantener sus requisitos de capital.
B. Examinar los dos métodos (enfoques estandarizados e internos basados en calificaciones)
Los dos enfoques principales utilizados para medir el capital ponderado por el riesgo de crédito son el enfoque estandarizado y el enfoque basado en las calificaciones internas (IRB). Según el enfoque estandarizado, el capital ponderado por el riesgo de crédito se calcula utilizando pesos fijos para las clases de activos, según el riesgo de la obligación de préstamo o deuda subyacente. El enfoque basado en calificaciones internas permite a las instituciones utilizar sus propios modelos internos para calcular el capital ponderado por el riesgo de crédito, en función de su propia evaluación del riesgo asociado con sus clases de activos. Este enfoque permite que los bancos tengan en cuenta su propia evaluación del riesgo asociado con sus obligaciones de préstamo o deuda, al tiempo que cumplen con los requisitos de capital regulatorio.
Medición del riesgo operativo
Comprender y medir el riesgo operativo es fundamental para las instituciones bancarias para cumplir con los requisitos de capital. Existen dos métodos de medición aceptados para evaluar el riesgo operativo: el enfoque indicador básico (BIA) y el enfoque de medición avanzada (AMA).
Examinar los dos métodos (enfoque indicador básico y enfoque de medición avanzada)
El BIA es un enfoque más simple en el que se calculan los requisitos de capital utilizando una cantidad fija de indicadores de riesgo, como el número de empleados, o la cantidad de dinero mantenida en ciertas cuentas. El BIA no evalúa los componentes individuales de los riesgos operativos y, en cambio, requiere que los bancos mantengan una cierta cantidad de capital para cubrir las pérdidas potenciales.
La AMA es un enfoque más complejo que requiere que los bancos analicen y evalúen los componentes individuales del riesgo operativo. Se requiere que los bancos evalúen una variedad de factores, como controles internos, políticas y procedimientos, personal, supervisión y otras actividades relacionadas. La AMA proporciona una evaluación más profunda del riesgo operativo y permite a los bancos comprender mejor sus posibles exposiciones.
Ventajas y desafíos del enfoque de medición avanzada
El AMA proporciona una comprensión más precisa del riesgo operativo que el enfoque de indicador básico y permite a las instituciones ajustar mejor los requisitos de capital para reflejar sus exposiciones individuales. Este enfoque puede ayudar a los bancos a identificar y abordar mejor las áreas potenciales de debilidad, así como aumentar la estabilidad financiera general.
Por otro lado, el AMA es un proceso más complejo y intensivo en recursos que el BIA. El AMA requiere un análisis más detallado de las operaciones internas de un banco, y a menudo es difícil y costoso de implementar. Los bancos también enfrentan varios desafíos al informar información relacionada con el riesgo operativo, ya que la estandarización y la precisión a menudo son difíciles de lograr.
Conclusión
Los modelos de capital regulatorio juegan un papel fundamental en la mitigación del riesgo en el sector financiero. Estos modelos establecen un marco y un conjunto de reglas para los requisitos de capital, que brindan orientación a los bancos e instituciones sobre cómo se debe mantener el capital. Los reguladores emplean una gama de modelos de capital para garantizar la estabilidad financiera del mercado.
Cada tipo de modelo de capital regulatorio funciona de manera diferente, pero todos los índices de riesgo y apalancamiento de apalancamiento para definir cuánto capital debe mantenerse y los activos ponderados por el riesgo para informar a los bancos sobre cómo se debe asignar su capital a los activos ponderados por el riesgo. Los bancos deben adherirse a estas reglas y mantener una relación de capital satisfactoria en todo momento para seguir cumpliendo con las regulaciones. Además, las instituciones financieras deben implementar ciertas prácticas de gestión de riesgos para mantener el nivel de capital apropiado.
En conclusión, los modelos de capital regulatorio son esenciales para lograr la estabilidad financiera e influir en la seguridad, la solidez y la confiabilidad general de los bancos, las instituciones financieras y el mercado financiero. Los bancos deben adherirse a estos modelos manteniendo el nivel de capital apropiado, así como empleando prácticas de gestión de riesgos sólidos.
Resumen de modelos de capital regulatorio
Los modelos de capital regulatorio incluyen lo siguiente:
- Basilea I Modelo
- Modelo de Basilea II
- Modelo de Basilea III
- Modelo de solvencia II
Reiteración del impacto y la importancia de los modelos de capital regulatorio
No se puede exagerar la importancia de los modelos de capital regulatorio. Forman la base de minimizar el riesgo sistémico y mitigar el potencial de inestabilidad en el sistema financiero. Es esencial que los bancos e instituciones financieras se adhieran a los requisitos establecidos por los modelos de capital regulatorio para garantizar la seguridad, la solidez y la confiabilidad general del mercado financiero.
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